viernes, 17 de diciembre de 2010

El arte romanico

El arte románico
Recopiló: Alejandra Euán
Fue un estilo artístico predominante en Europa durante los siglos XI, XII y parte del XIII. Es considerado el arte cristiano aplicado a todas las manifestaciones artísticas.

Surgió de manera paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.

Contexto histórico, político y social
El Románico es el arte de la plena Edad Media y del Feudalismo.
Entre nobles y clero hay pues una estrecha alianza  para que sigan siendo mantenidos,  por eso las altas jerarquías  eclesiásticas son siempre nobles y  actúan como señores feudales: poseen castillos y vastas posesiones, siervos, ejércitos y vasallos.

Economía
La economía medieval es una economía natural,  sin mercados el único bien rentable es la tierra. Por eso el estilo  románico es un arte rural: ermitas pequeñas en el campo, monasterios perdidos en las montañas,  iglesias pequeñas en pequeños pueblos. Los ejemplos de románico urbano son pocos aunque es donde están las principales obras.

A partir del siglo XIII la economía crece y el comercio se restablece. La ciudad vuelve a tener importancia y el Gótico será el nuevo arte urbano.

Características generales
·         La arquitectura es lo más importante. La escultura y la pintura solo sirven para ornamentar el edificio románico. Se olvida el concepto del arte autónomo y se convierte en un medio de alabanza a Dios.
·         Exaltación religiosa. Una iglesia no es tampoco una bella composición espacial sino una ofrenda a Dios. La iglesia debe ser la plasmación del alma humana: la fachada es lo que primero se ve, y por eso debe  ser atractiva, pero el interior debe ser sencillo, fuerte, oscuro y  recogido como el alma cristiana.
·         Los sistemas arquitectónicos están en manos de los  monjes al igual que toda la  precaria ciencia medieval.  Mediante la escultura y la pintura se pretende educar al pueblo y someterlo, más por el temor a Dios que por la comprensión de su mensaje. Por eso las fachadas románicas poseen a menudo monstruos y animales mitológicos, además de pasajes bíblicos sencillos.
Arquitectura
La Abadía de Cluny es el primer monumento con todas las características fundamentales del estilo. Estos logros se transmiten  desde Cluny  a través de todas las vías de peregrinación.

El Templo Románico es el monumento principal de la arquitectura románica. Su planta suele ser de cruz latina, con una o varias naves  longitudinales: 1-3-5 y otra transversal o crucero.
Las cabeceras de las plantas longitudinales terminan en ábsides, normalmente semicirculares, aunque el de la nave central suele ser mayor que los laterales. A veces se adosan ábsides secundarios sobre los brazos del crucero o radiales sobre la  girola o deambulatorio, nave semicircular que rodea el ábside central por detrás.
La nave central es más alta que las laterales lo que produce  al exterior un efecto volumétrico variado. El templo románico se  resuelve en un juego de volúmenes geométricos. Los muros  sobresalientes de la nave central se perforan por una banda de  ventanas que contribuyen a la iluminación del interior.

Las naves laterales tienen en las grandes iglesias, dos pisos para  contrarrestar los empujes laterales de la nave central. Este segundo piso hace la función de tribuna y
tiene vanos abiertos a la nave central. Este conjunto de vanos de la tribuna se llama triforio y pasará  más esquematizado al Gótico.


En el lugar donde la nave central se cruza con la transversal 
suele levantarse una bóveda semiesférica sobre trompas o una  cúpula sobre pechinas. Esta bóveda central cubre el cuadrado del  crucero y sobresale al exterior con una torre que se denomina
cimborrio, algunas veces rematada por una linterna para ganar altura e iluminación interior. 
Otra innovación del Románico es la incorporación del campanario al  cuerpo de la iglesia. También a los pies de la nave central suele situarse una pequeña nave  transversal a manera de vestíbulo. Si queda incluido dentro de la planta del  edificio se llama Nartex  y si sobresale de la anchura general se llama Atrio. 
Una variedad del templo románico es el templo claustral o  monasterio, el cual se organiza en torno a un patio central que está  rodeado por un corredor cubierto o claustro sostenido por arcos  y columnas.
 El templo románico se cubre normalmente con bóveda de medio cañón, que es la traslación de un arco de medio punto. Estas bóvedas  se refuerzan con arcos fajones en los puntos de incidencia de los pilares. A  veces se utiliza la techumbre plana de madera  propia de las antiguas basílicas.
Pero es también corriente el uso de bóvedas de arista, cruce transversal de dos  bóvedas de cañón. Las aristas de dicha bóveda se refuerzan con arcos  aristones en resalte. Los ábsides se cubren con  bóvedas de cuarto de esfera que contribuyen a  
contrarrestar el empuje del cuerpo  central. Este tipo de bóveda también se utiliza en las capillas  laterales y en los absidiolos radiales cuando los hay.
Todas estas pesadas techumbres de piedra se  soportan con gruesos muros, pilares y columnas. En el primer románico encontramos columnas  cilíndricas en el interior del templo pero lo más  frecuente son los  pilares, rectangulares y gruesos,  los cuales se complican al adosarse a ellos columnas  delgadas, baquetones o pilastras, las cuales sujetan  los arcos fajones, forneros o aristones de la bóveda. En iglesias pequeñas lo  normal es que el muro grueso, ayudado por  contrafuertes o estribos exteriores  soporten  directamente la techumbre de piedra, sin arcos ni pilares.
 La  columna románica se utiliza sobre todo como  elemento de soporte de las cubiertas menos pesadas: naves  laterales, bóvedas de girola o el techo del claustro, pero es en  este último cuando la columna adquiere verdadera importancia.
La columna románica es diferente a la clásica: parte de un  plinto  cuadrado a modo de basa, un  fuste liso muy  desproporcionado entre grosor y altura y un capitel grande, troncocónico y decorado con temas vegetales, hojas de parra con tallos retorcidos, o temas de  animales, frecuentemente  figuras monstruosas de animales o personas.
Donde se  concentra casi toda la decoración del templo es en la portada La portada es un vano abocinado, con arcos de medio punto rehundidos progresivamente, cada vez más pequeños y denominados  arquivoltas. El abocinado de la  portada es al revés  que en los vanos, los cuales son estrechos al exterior y abiertos al  interior para cerrar a las influencias exteriores que perturben la paz  del interior (y por razones militares), mientras que en la portada el  abocinamiento se abre al exterior como si fuera un embudo que  intenta absorber a la gente. Las arquivoltas se decoran con figuras en  forma radial con motivos  geométricos, vegetales o figurados. Cada arquivolta se prolonga en el muro, el cual también se rehunde  con columnas o figuras que hacen la función de  jambas. Sobre la puerta se crea un  tímpano  semicircular que se decora con escultura también y si el dintel es demasiado largo se refuerza con un  soporte, columna, pilar o figura, denominado parteluz.

Escultura
La escultura no es simplemente decorativa, tiene otras funciones: resaltar la estructura arquitectónica y transmitir un mensaje religioso y moralizante: esta función didáctica y moralizante de la escultura románica exige que el lenguaje sea directo y descriptivo, y que no se busque la copia de la realidad y la belleza. En este sentido, es un arte cargado de espiritualidad, trascendente y simbólico. Las imágenes son representaciones conceptuales de ideas y no representaciones ópticas, no se proponen la imitación ilusoria de la realidad, están cargadas de religiosidad.
El tema más representativo es el Pantocrátor visión apocalíptica de Cristo como Juez, Cristo en Majestad, sentado sobre el arco iris con el mundo a sus pies, dentro de la mandorla o almendra mística, con nimbo crucífero, sosteniendo con una mano el Libro de la Vida y bendiciendo a los justos con la otra. Es el Cristo barbado de tradición siriaca u oriental con gesto severo, inmutable, de eternidad.

Características de las obras
·         El antinaturalismo de herencia bizantina y la desconexión de la realidad visual,  lo que confiere a esta plástica una extraña espiritualidad.
·         La frontalidad, la rigidez, el hieratismo y la solemnidad son también rasgos vinculados al arte bizantino. Las posturas inverosímiles y forzadas intentan dar sensación de movimiento.
·         Desproporción y deformación anatómica, la ausencia del canon, la falta de armonía en la representación del cuerpo humano.
·          Ausencia de individualidad, por lo que los prototipos se repiten.
·         Los gestos son severos e inmutables, la emoción y el sentimiento humanos están contenidos.
·          La imagen del hombre sufre un proceso de deshumanización. El mundo que interesa representar es el de lo inmutable y espiritual, no el de la estética.
·          Las escenas están mal resueltas: las figuras se yuxtaponen y alinean frontalmente sin interrelación entre ellas, y domina la absoluta simetría en la composición.
·          Falta de interés por representar el espacio; sólo se alude a él mediante formas estereotipadas.
·          El plegamiento de los paños se somete a un esquema geométrico, lineal y angular.
·          El relieve es poco profundo, reducido a un plano de fondo y al primer plano. Es un relieve plano, falto de modelado y de volumen, que recuerda los trabajos de orfebrería y de marfil.
·          La ley de adaptación al marco, la perspectiva jerárquica y el horror vacuii (cubrir toda la superficie sin dejar espacios libres) son otros dos rasgos definidores de la escultura.








Referencias
E. Valdearcos. 2008. “El arte románico”. Tiempos Modernos, revista de historia moderna.  No 2. Disponible en http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237
Fleming. 1971. Arte, música e ideas. Interamericana-McGraw Hill. México.
Zamora. 2010. Todo el románico: románico guías. Fundación Santa María la Real. Centro de Estudios del Románico. España.
 
Este tema se repite en los tímpanos y se completa con el Tetramorfos: representación simbólica de los cuatro evangelistas: San Marcos es el león, San Juan el águila, San Lucas el toro y San Mateo el ángel, según la visión apocalíptica.

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